miércoles, 14 de noviembre de 2012

Un autónomo en huelga o cuando te paras a pensar


(Acaban de dar las 12 de la noche y ya se termina la huelga general)

Hace una semana el cole de Churumbelita nos mandó una carta para comunicarnos que el colegio funcionaría hoy con total normalidad, servicios comedor y actividades extraescolares incluidos.

Es posible que no sea el momento de una huelga general e incluso es más posible que haga más mal que bien a la economía... Pero no se trata de eso.

Yo hoy me he levantado y he puesto un mensaje de “fuera de la oficina” en mi programa de correo electrónico para que mis clientes sepan que hay una huelga general en España y que yo no estaré disponible. Sin embargo, me he encargado de un par de fuegos que sabía que surgirían porque así es nuestra vida. He estado en silencio en las redes sociales y no he ido a ninguna tienda. También he hecho de piquete informativo porque vivo con una autónoma que hoy trabajaba. (Si hacían falta razones, Miguel Núñez, por medio de Curri, y Darío nos las ofrecen).

Yo no he llevado a Churumbelita al cole. No tendría sentido llevarla si yo hago huelga (los traductores odiamos las incongruencias). A media mañana he salido con ella al parque del barrio y he visto que casi todos los negocios estaban abiertos, incluido el centro de salud que hay a la vuelta de la esquina.

Mientras Churu se tiraba un par de veces por el tobogán he pensado en cómo van las cosas. Como dice su mami: “este mundo donde la hemos puesto”.

No me atrevo a criticar al ferretero que ha abierto su tienda ni al frutero que se ha levantado temprano como todas las mañanas; tampoco me animo a iniciar un debate sobre el posible impacto que el hacer o no hacer huelga podrá tener. Ya abundan en las tertulias y en la prensa cabezas pensantes que nos venden sus mil y una certezas.

Yo me he criado en la duda. Prefiero las preguntas a las respuestas. Prefiero las personas a las declaraciones. Por eso, hoy, me he parado a pensar que todo lo que las personas están sufriendo en esta “crisis” adopta una representación diferente. Nadie puede criticar desde su púlpito las decisiones vitales de cada uno porque ninguno de nosotros conocemos las situaciones personales de nuestros semejantes.

Y eso es lo imprescindible: recordar que todos estamos en el mismo barco pero que tomamos decisiones independientes y respetables. No ha sido un día alegre porque hace tiempo que "huelga" y "juerga" ya no se parecen tanto. Hay demasiado dolor, resentimiento, ansiedad y tristeza.

A otros les queda la tarea de discutir sobre recuentos de almas...
A la mayoría le queda el dolor de vivir con su día a día...
Hayan hecho huelga o no.