Algunas veces la traducción es pura influencia que desencadena transformaciones. Puede ser un sonido o una musicalidad. Por eso la traducción es original: más allá de la reproducción ofrece sobrevida.
Todo parece empezar con un poema de Luis García Montero. Adopta un nuevo cuerpo en forma de canción gracias a Quique González. Finalmente, se transforma de nuevo en poema.
Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo
pero existe,
así he vivido yo,
iluminando
esa parte de ti que no
conoces,
la vida que has llevado
junto a mis pensamientos.
Y aunque tú no lo sepas,
yo te he visto
cruzar la puerta sin
decir que no,
pedirme un cenicero,
curiosear los libros,
responder al deseo de mis
labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el
dormitorio.
También hemos hablado
en la cama, sin prisa,
muchas tardes,
esta cama de amor que no
conoces,
la misma que se queda
fría cuando te marchas.
Aunque tú lo no sepas te
inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos,
paseamos
por todas las ciudades
que te gustan,
recordamos canciones,
elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a
convivir
entre la realidad y el
pensamiento.
Espiada a la sombra de tu
horario
o en la noche de un bar
por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando
te despiertas.
(Habitaciones separadas,
Luis García Montero)
— ———
Aunque tú no lo sepas
me he inventado tu
nombre,
me drogué con promesas
y he dormido en los
coches.
Aunque tú no lo entiendas
nunca escribo el remite
en el sobre
por no dejar mis huellas.
Aunque tú no lo sepas
me he acostado a tu
espalda
y mi cama se queja
fría cuando te marchas.
He blindado mi puerta
y al llegar la mañana
no me di ni cuenta
de que ya nunca estabas.
Aunque tú no lo sepas
nos decíamos tanto,
con las manos tan llenas,
cada día más flacos.
Inventamos mareas,
tripulábamos barcos
y encendía con besos
el mar de tus labios.
(Quique González)
— ———
Aunque tú ya lo sepas,
he habitado el cansancio
con las manos resecas
por los lodos de antaño.
Aunque tú ya lo entiendas
nunca borro del todo mi
nombre
ni escribo palabras
hueras.
Aunque tú ya lo sepas,
vi pesadillas de nada;
recorrí calles llenas
en busca de palabras.
Avenidas de tiempo,
plazoletas de escarcha,
escaleras de sueños
donde ya nunca estabas.
Aunque tú ya lo sepas,
te he tendido mis manos
como raíces deshechas
anegadas por charcos.
Te ofrecí mil poemas
conjurando el naufragio
pero solo quedó el
recuerdo
donde estaban tus labios.
(@javmallo)