Probablemente todo empezó en el Neolítico...
Granero neolítico
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Hacia el 10000 a . C. se produce la
primera gran revolución del ser humano: la agricultura y el sedentarismo. El
hombre pasa de ser un puro recolector a cultivar la tierra y ligarse a ella
(concepto "propiedad"). No tardará mucho en construir sus primeros graneros para acumular los cereales para los tiempos
de vacas flacas (concepto "bien").
En más de
10000 años de historia muy poco ha cambiado... Pero la gran diferencia es
que ahora la economía digital nos ha llevado a un punto en el que los bienes no
tienen que estar necesariamente ligados a un soporte y su consumo no implica el
agotamiento de un recurso. Sin embargo, las conductas culturalmente aprendidas
por todos nosotros nos llevan a desarrollar comportamientos anacrónicos.
Quienes estudiamos
en los años ochenta y noventa recordamos perfectamente la obsesión por guardar
fotocopias de todos los libros, grabábamos la música directamente de la radio
en cintas de casete (evitando los malditos pitiditos) o coleccionábamos
aquellos primeros dispositivos tecnológicos que muy pronto quedarían anticuados
(aunque mucho menos que ahora). No obstante, en aquel momento, la acumulación
tenía sentido ya que vivíamos en condiciones muy similares a las del neolítico.
ZX Spectrum |
En muy pocos años
asistimos a la explosión de la velocidad de los procesadores y al incremento de
la capacidad de almacenamiento. No es de extrañar que los que empezamos
nuestros pasos en este mundo con un Sinclair
ZX Spectrum de 32 KB hayamos
dado un "respingo tecnológico" en poco menos de 30 años. Sin embargo, seguimos siendo hombres del neolítico que acumulaban en sus habitaciones fotocopias de libros, cintas VHS, disquetes, cedés y suficientes antiguallas tecnológicas como para ser declarados peligro potencial de incendio.
Pero ahora debemos dar un salto... Y nos encontraremos con que casi todos somos lo que quiero llamar Diógenes digitales. Vivimos un momento en que la capacidad de almacenamiento parece infinita y al mismo tiempo muchos "bienes" se han liberado de sus soportes "tradicionales". Todavía recordamos cuando copiábamos todos nuestros cedés al disco duro de nuestro ordenador por primera vez (conozco gente con impresionantes discotecas que se pasó fines de semana enteros "rellenando" sus primeros iPod). Ahora es posible descargar la música desde las tiendas virtuales sin necesidad de comprar el soporte físico. Sin embargo, los Diógenes digitales todavía no nos hemos liberado de la necesidad de acumular bienes en "graneros" como nuestros antepasados neolíticos.
¿Por qué llenamos gigabytes de almacenamiento con libros electrónicos, música, películas y documentos de todo tipo si están disponibles en la nube? ¿Por qué compramos música, películas o programas cuando los podemos disfrutar como servicios incluso de forma casi gratuita con servicios como Spotify o Filmin? ¿Por qué seguimos manteniendo grandes graneros cuando casi todo el contenido que necesitamos está disponible virtualmente en cualquier momento de forma inmediata?
La respuesta es simple: somos Diógenes digitales. (Más sobre nuestro trastorno en la segunda parte).
P. S.: Resulta curioso que el bueno de Diógenes de Sinope realmente no tenga nada que ver con el síndrome que da nombre a esta entrada. Para más información, podéis leer: Senile squalor: Plyushkin's not Diogenes' syndrome